Para que Grecia tome
revancha - 21/6/2012
El
fútbol, obstinado él, nos vuelve a ofrecer otra metáfora: mañana
viernes 22 de junio de 2012 juegan por cuartos de final de la
Eurocopa 2012 Alemania y Grecia. Los poderosos teutones pretenden
avanzar hacia las semifinales del torneo disputado en Polonia y
Ucrania, mientras que los helénicos intentarán repetir la hazaña
de 2004 cuando se quedaron con la Eurocopa.
Lo
paradójico, es que este partido también se jugó el domingo pasado,
aunque apareció vestido de otra forma, con otros ropajes, cuando el
capital financiero alemán derrotó al pueblo griego. Sí, así fue.
En las elecciones parlamentarias del pasado domingo en Grecia, el
partido conservador Nueva Democracia se quedó por un estrecho margen
con la mayoría parlamentaria que le permitió formar gobierno junto
con los social-demócratas del PASOK. Esta coalición es la que desde
el año 2009 viene aplicando los paquetes de ajuste estructural que
la denominada troika, que integran el FMI (viejo conocido), el Banco
Central Europeo y la Comisión Europea, impulsa como solución a la
crisis en Europa, a costa del desempleo, el hambre y el
empobrecimiento del pueblo griego, y que el año pasado cediera el
gobierno a un representante directo del capital financiero. La receta
de los poderosos es archiconocida por nosotros en Latinoamérica:
apretar el cinturón, bajar los salarios, privatizar las empresas
públicas, despedir trabajadores, todo en aras de salvar el negocio
de los capitalistas.
Nueva
Democracia se convirtió en la garantía que los centros de poder
mundial, cuyo principal vocero ha sido la canciller alemana Angela
Merkel, tiene para que los pueblos no se atrevan a decir que no a las
políticas del capital. Y ese fue el partido que se jugó el pasado
domingo en Grecia, cuando la coalición de izquierda radical Syriza
arañó la victoria, bajo la promesa de gobernar para los griegos y
no para los acreedores extranjeros. Los conservadores amenazaron con
el miedo, con anuncios de colapso y desestabilización, ese combo que
bien conoce la derecha del mundo. Pero no estuvieron solos, todos los
conservadores del mundo se unieron en contra de la victoria del
pueblo helénico. El periodista argentino Pedro Brieger nos cuenta
que en las últimas semanas el Financial Times, un reconocido diario
económico de Londres, en su versión en alemán publicó una columna
en griego exhortándolos a “resistir la demagogia”, llamando a
votar en contra de Syriza y a favor del euro. Lo mismo hizo el diario
alemán de mayor circulación, el Bild, que en una carta abierta en
alemán y en griego, se dirigió a estos diciéndoles “vuestros
cajeros automáticos les dan euros sólo porque nosotros, los
alemanes y otras naciones, se los damos (…) Si los partidos que se
oponen a la austeridad y las reformas vencen, rompiendo los acuerdos,
dejaremos de pagar”.
Amenazas
como estas abundaron en las últimas semanas, y surtieron efecto. Los
conservadores y los social-demócratas, hoy devenidos en salvadores
del capitalismo en su faceta más nociva, el neoliberalismo, formaron
gobierno y lograron, por ahora, garantizar el plan de saqueo y
empobrecimiento del pueblo griego. Pero que no canten victoria. Si
algo nos deja el proceso griego, es que cuando la crisis arrecia los
partidos muestran su hilacha y el pueblo, siempre reacio a
determinismos, se re-organiza. Syriza se consolidó como la segunda
fuerza política con 27% de adhesiones, cuando hace sólo 3 años
obtuvo 4%, mientras que los partidos tradicionales pasaron de 80% a
40% de votantes. En el mismo sentido van las más de 20 huelgas en 2
años, las intensas movilizaciones y paros que resisten el ajuste. Y
si el ajuste se profundiza, la resistencia tambień lo hará.
Mañana,
los griegos tienen su primera revancha cuando enfrenten a los
alemanes en la cancha, que esperemos, sea el inicio de un ciclo de victorias que le restituya la soberanía y la democracia real a sus
fundadores.