jueves, 4 de noviembre de 2010

La identidad del fútbol

De la 'garra charrúa' al Uruguay Natural

A esta altura de los hechos parece innecesario plantear la relación entre fútbol e identidad (nacional, popular, barrial) y sobre todo es algo de perogrullo en el MERCOSUR o en los países del Río de la Plata. Sin embargo creemos pertinente aportar algunas reflexiones sobre el giro que sobre esta relación ha implicado el desempeño futbolístico de la selección uruguaya en el pasado mundial de fútbol.

Precisamente, luego de lograr un honroso 4º puesto en la Copa del Mundo de Sudáfrica, en los últimos días la selección celeste volvió a estar en boca de todos por obtener dos resultados exitosos en una gira por Asia. No será de extrañar que las crónicas gorzyanas le agreguen al 4º puesto del mundial el mérito estadístico de haber derrotado y por goleada a los países que ocupan el 1º y 5º puesto, de acuerdo al tamaño de su población (esto es a China e Indonesia, respectivamente). Sin dudas, todo un mérito -nos dirán estos mercenarios del micrófono- para este pequeño paisito que está en el puesto 132, en términos poblaciones.

Y precisamente es aquí donde queríamos detenernos brevemente: el mito de la excepcionalidad uruguaya parece asentarse cada vez más en la disminuida población del país, haciendo de esta escasez una virtud. En otros términos, Uruguay parece configurarse en un país de tránsito. Veamos lo que queremos decir con un ejemplo concreto.

Días atrás, el Ministerio de Turismo anunció la realización de una nueva campaña publicitaria de difusión del Uruguay en el exterior, con la finalidad de captar un mayor número de turistas aprovechando la visibilidad global que generó el 4º puesto en el mundial de fútbol y -particularmente- la obtención del Balón de Oro por parte del 10 del seleccionado uruguayo. Precisamente, en base a este desempeño Diego Forlán se convirtió en el protagonista de esta nueva campaña, de la cual se ha difundido un primer spot televisivo.

La situación que plantea el spot es la siguiente: Forlán, desde Madrid, lugar donde vive, sostiene que ser el mejor jugador de fútbol del mundo es muy agotador, pero afortunadamente él para descansar puede elegir vacacionar en su país, Uruguay.

He aquí la transmutación definitiva de la República Oriental del Uruguay en el Uruguay Natural o, si se me permite, el Uruguay-gran-playa-para-el-disfrute-de-turistas-extranjeros-de-alto-poder-adquisitivo. Pensemos sino que otra implicación puede tener la difusión internacional de la imagen del uruguayo actualmente más famoso -o sea Forlán- diciendo que para él Uruguay es su lugar 'de descanso'. Es la asunción definitiva de que este país existe sólo en función de atender a sus visitantes. Las actividades mundanas que realizamos todos los que estamos encerrados aquí durante la baja temporada no son otra cosa que meras excusas para hacer pasar el tiempo entre un verano y otro, el verdadero tempo de existencia del país.

Es difícil entender porqué se admite este extremo para el uruguayo más famoso y por otra parte se generó un verdadero escándalo mediático ante el anuncio de la uruguaya más famosa -la artista Natalia Oreiro- en relación a su decisión de tramitar la ciudadanía argentina. Quizás lo imperdonable en el caso de la Oreiro es que siga tan cerca, que se haya casado con un rockero argentino o que de vez en cuando opine de política (en contraposición a Forlán que, en este último aspecto, parece estar ubicado en un pedestal más allá de las discusiones vernáculas).

Para los que no lo habían notado, cuando alguien ingresa a Uruguay, en su documento de migraciones (pasaporte, etcétera) se le estampa un sello que dice “Entrada a Uruguay Natural”, calificativo que sustituyó la anterior nominación georeferenciada de República Oriental... Será un simple detalle o será algo más. En todo caso, como dijo el poeta malhablado, de algo hay que vivir.